¡Bienvenidos a una nueva entrada! Hoy hablaremos sobre niñ@s y tecnología.

Soy madre de dos niñas pequeñas, tan pequeñas que entre las dos no suman 5 años, por lo que este es un tema que me interesa bastante y que me hace dudar sobre cómo actuar en determinadas circunstancias cuando mis hijas piden el teléfono o la tablet para jugar o ver algún vídeo.

Desde que vivimos rodeados de móviles, tablets y un bombardeo constante de información, podemos leer titulares alertando de los peligros de exponer a los más pequeños al uso de dispositivos electrónicos, de las excesivas horas que muchos niños pasan en frente de la tele, etc.

Entonces ¿Cómo hacer que nuestros hijos hagan un uso responsable de la tecnología?

Para que nuestros hijos hagan un uso responsable de la tecnología hay que intentar ir por delante de ellos; debemos tener suficiente conocimiento para poder ayudarles y acompañarles en el uso que hacen de los aparatos electrónicos. 

Es bastante común que muchos padres y madres vayan por detrás de sus hijos en lo que a tecnología se refiere. Y esto no quiere decir que nos tengamos que hacer unos expertos en el contenido que esté a su alcance, pero sí tener conocimiento mínimo.

¿Debemos prohibir el uso y acceso a las nuevas tecnologías?

Desde mi punto de vista la prohibición no es una buena idea, menos aún teniendo acceso casi inmediato a todo tipo de pantallas. Aunque habrá casos en los que no quede más remedio, pero la clave tiene que estar en la educación. 

Solo formando parte de la educación digital de nuestros hijos conseguiremos que el uso que se haga de los diferentes dispositivos electrónicos sea adecuado. 

Qué límites debemos poner y cómo podemos elegir apps adecuadas

Que haya que establecer ciertos límites es algo indiscutible, es necesario marcar un tiempo de uso de los aparatos, llegando a pactos en la medida de lo posible y no imponiendo, aunque también tenemos que tener en cuenta el uso que les están dando. 

En este sentido hay dos tipos de aplicaciones: activas y pasivas. Una app pasiva sería por ejemplo Netflix o YouTube, donde eliges un contenido y simplemente lo miras, que no tiene por qué ser malo, los adultos también las usamos, pero es necesario establecer unos tiempos, no podemos estar todo el día viendo películas y series. 

Luego están las apps activas, mis hijas en concreto disfrutan un montón dibujando o haciendo música. La mayor incluso ha empezado a jugar a juegos con una pequeña historia. 

Hay miles de apps y juegos para elegir, lo ideal es que pasemos tiempo con ellos curioseando cómo son esas apps y esos juegos y nos impliquemos, de esta forma también les estaremos enseñando cómo usar diferentes dispositivos y usar diferentes trucos, cómo buscar contenido e identificar cuando cierto contenido no es adecuado.

Los niños de ahora pasan muchas menos horas que nosotros jugando en la calle, pero ¿es todo culpa de la tecnología?

Si recordamos nuestra infancia (por lo menos yo la mía) crecimos pasando una gran cantidad de tiempo en la calle, corriendo de un lado a otro, las tardes de verano eran interminables, llegabas a casa sucio y feliz tras horas y horas de juego. En invierno después del cole como mucho podías mirar “El equipo A“ o “MacGyver” en una de las dos cadenas de TV que había, te daba tiempo a hacer los deberes y hasta teníamos tiempo de aburrirnos. 

Pero… ¿qué ha pasado ahora? 

Pues que los tiempos han cambiado, los padres y madres ahora somos más desconfiados, tenemos mucho menos tiempo, los niños después del cole tienen actividades extraescolares que amplían su jornada en muchos casos a más de 8 h diarias (las que se supone que debe trabajar un adulto) y las ciudades ya no son como eran antes;  y estos tiempos no van a volver. Puede que la tecnología tenga algo de culpa, sí, pero no es la única responsable.

Los que no cambian son los niños, que seguirán jugando, fuera o dentro de casa, con un balón o con una tablet. Jugarán donde quieran hacerlo y donde les dejemos. Es nuestra responsabilidad que tengan su tiempo de juego, que se diviertan y jueguen en grupo. Claro que debemos salir más, llevar una vida más activa, pero renegar de la tecnología es ir en contra del tiempo que estamos viviendo.

¿Son todo inconvenientes o hay algún beneficio?

Claro que hay inconvenientes, requiere atención y presencia especial que nuestros hijos hagan un uso adecuado de la tecnología, pero también hay beneficios; para empezar el puro placer de jugar, los niños deben jugar. Además ya podemos encontrar juegos y apps colaborativos. 

Resulta curioso el valor que los niños le dan a un juego al estar acompañados, el comportamiento no es el mismo que cuando juegan solos, por lo que se cumple una función esencial, que es hacer grupo.

Por otra parte, pueden potenciar un montón de habilidades distintas: las musicales, lingüísticas, las científicas… las que les vayan interesando a ellos en cada momento, aprendiendo casi sin casi darse cuenta.

Además, los videojuegos también ayudan a desarrollar todo lo que tiene que ver con el manejo de los dedos con el mando de la videoconsola y la posición espacial dentro del juego.

Debemos enseñar el uso positivo de la tecnología a los niños

Un uso positivo es un uso para hacer el bien, donde tanto niños como adultos seamos la misma persona en todos los lugares, dentro y fuera de la pantalla. Un uso positivo es un uso educativo. 

Y para acabar os dejamos con una excelente frase que resume esta entrada.

Esperamos que os haya gustado. ¡Hasta la próxima!

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